domingo, 16 de octubre de 2011

Como debe ser


Luego de recibir tu carta, de alegrarme por saber que estás vivo y que llegaste bien, después de decepcionarme al leer tus líneas, he decidido escribir la carta que me hubiese gustado recibir; pero el plan es el siguiente, yo la escribo, te la mando, tú la firmas, me la mandas y yo me alegro por lo escrito.

Penélope:
Acabo de llegar y ya siento que no puedo vivir sin ti, aquí todo debe ser muy hermoso, pero para mí no deja de ser gris. La casa que compré, donde voy a vivir, es muy grande y Rosario dice que seremos muy felices, pero yo estoy seguro de que no volveré a sonreír honestamente, que todas las muecas y los intentos por seguir viviendo no son más que una vil mentira. Que mi vida está con vos, aunque no estés.
No te imaginas como extraño despertar y verte acostada a mi lado, que ninguna mujer se parece a ti, ni siquiera Rosario que aunque al final, haya sido la mujer que escogí para mi vida, no lleva dentro esas tus garras de loba feroz, ni tu libertad de mariposa fugaz. Y eso es lo que más me duele mi amada Penélope, tener que compararte a diario con mi esposa porque no logro sacarte de mi mente.
Quédate alerta mi amada, ten siempre tu maleta bajo tu cama, cualquier madrugada de estas, iré por ti y huiremos juntos al lugar donde ni siquiera los remordimientos nos encuentren.
Hasta cualquier madrugada.
                Te amo siempre
                       Dago.

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