Decidido

Definitivamente no puedo competir con ella.

No, no es por sus atributos físicos,
no, no son sus ojos verdes, ni su agradable sonrisa.

No
          no  
                   no
no es porque baila ballet y toca el piano.

No..

Sencillamente no puedo competir con ella
                                                                            porque
                                                                                       usted
                                                                                                   la
                                                                                                          ama.

Eso hace que no haya nadie mejor que ella. (para usted)


No puedo competir con ella porque en el fondo de mi corazón quiero que alguien me ame
así como usted la ama a ella.
Así, a tal extremo de que garantice que nadie pueda
-siquiera atreverse-
a competir conmigo.

Quizás

Quizá esa fue la primera vez que vio a Dago...




 (y no se dio cuenta)


-Lo que le pasa por haber dejado de creer en príncipes azules.-

Eso es muerte

Yo perdono.
Vos sabés perfectamente que yo perdono a los micreros cuando se hacen los ciegosordomudos y no me cobran la tarifa de estudiante como deberían... sabés que decido no guardarles rencor, deseando sinceramente que utilicen mejor que yo, esos centavos de más con los que se quedan...

Sabés que te perdoné cuando me devolviste mi libro con las hojas sueltas porque no hiciste ni el menor intento de cuidarlo, perdoné porque lo leíste y eso es más importante.

Perdoné a la señora que me acusó injustamente de robarle, cuando todo había sido un malentendido, te acordás? Vos estabas furioso...

Perdoné a mi amiga que olvidó mi cumpleaños,
porque de todos modos se acuerda de mí
en días no especiales
y eso es más importante, no ve?


Perdoné que no me mandes rosas,
y que no te rías de mis chistes,
perdoné tu falta de interés por mis pinturas
y que no te guste mi comida...





Pero realmente,
no perdono,
no tolero,
no acepto,
no permito,
no acato,
no concibo
que me pidas
decencia en mis palabras,
que me limite a serte fiel cuando escribo,
que piense sólo en vos
y que viva para vos.

Eso es muerte.

Esta noche

Esta noche no mi amor, esta noche no quiero pensar, esta noche no quiero ser educada y comportarme lo menos insinuante posible, esta noche no.

Esta noche quiero vivirla como si no hubiese mañana y los actos no tuviesen consecuencias. Esta noche quiero dejarte mi labial en tus labios y por tu cuello,  sin pena, sin ser consciente de que una señorita no hace eso.

Esta noche quiero dejar de ser yo,
para empezar a ser yo.